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Reserva tu entrada al Castillo Sant’Angelo. El Castillo Sant’Angelo, o Mole Adrianorum, o “Castellum Crescentii” también conocido como Mausoleo de Adriano está situado en la orilla derecha del Tíber, no lejos de los Museos del Vaticano.

La historia del Castillo Sant’Angelo coincide con aquella de Roma, dos entidades tan profundamente unidas por sus cambios, miserias y glorias que parecen reflejarse de inmediato en la estructura maciza de casi dos mil años que se refleja en las aguas del Tíber.

Fundada en el año 123 dC como sepulcro por el emperador Adriano en una zona periférica de la antigua Roma. En 403 A.D. se convirtió en una fortificación para defender Roma, transformándose en parte de las murallas Aurelianas construidas por el  emperador Honorio de occidente. A partir de este momento comienza su ‘segunda vida’ como patrón de la ciudad.

En 1367 el edificio fue entregado a Papa Urbano V, con el fin de solicitar la devolución de la curia a Roma después de su exilio en Avignon. A partir de ese momento el destino del Castillo Sant’Angelo está ligado al de los pontífices, que lo adaptaron como residencia y refugio en momentos de peligro. Debido a su estructura sólida y fortificada y por su reputación de imprevisibilidad, este magnífico castillo alberga el Archivo y el Tesoro del Vaticano. También fue un juzgado y una prisión.

Muchas familias romanas han deseado su posesión, Teofilatto, Crescenzi, el Pierleoni y Orsini, y es justamente un Papa Orsini, Nicolás III, quién ordenó la construcción del Passetto di Borgo  que comunica el Vaticano con el castillo, en una continuidad física e ideal. El castillo sufrió cambios radicales en muchas ocasiones, la apariencia y el diseño del castillo se forma de nuevo a través de una larga serie de intervenciones que serpentean a lo largo de cuatro siglos.